Trayectoria artística Llamó la atención siendo muy joven por su más que manifiesta belleza. Tras ganar un concurso de belleza a los diecisiete años de edad se estableció en Roma buscando el futuro en el mundo de la interpretación. Allí cursó estudios en el Centro Sperimentale di Cinematografia y bien pronto debutó en el séptimo arte en pequeños papeles, desde su fugaz aparición en Goha, de Jacques Baratier (1958), película protagonizada por Omar Sharif, y en la famosa Rufufú (I soliti ignoti), del mismo año, protagonizada por Vittorio Gassman y dirigida por Mario Monicelli. Por entonces, el productor Franco Cristaldi —con quien contrajo matrimonio en 1966 y con quien tuvo su primera hija al año siguiente— la contrató en exclusiva para su compañía.