Introducción Teseo y Cromión bajo la forma de un jabalí. Detalle de una «kylix». Comienzos del s. V a. de C. Londres, British Museum. Inmediatamente después de las guerras médicas, Atenas se encontraba en la cúspide de su poder, y Pericles quiso darle un marco digno para su grandeza. Nunca Grecia había visto un conjunto semejante de monumentos. Con las gigantescas obras de la Acrópolis, Pericles no solamente satisfacía el orgullo y el sentido estético de sus conciudadanos, sino que les aseguraba trabajo para veinte años y hacía que el pueblo disfrutara de la riqueza de la ciudad.